Consejos de conservación

  • Los libros y documentos están realizados con materiales orgánicos a los que les afecta las condiciones ambientales: temperatura y humedad relativa. Debemos mantener los libros en un ambiente controlado cerca de los 20 grados centígrados y de una humedad del 50-60 %. Pero hay que tener en cuenta que lo más importante para evitar el desarrollo de hongos es la mantener una buena aireación.
  • Debemos evitar exponer los libros a la luz solar directa y a la luz de lámparas fluorescentes. La luz acelera todos los procesos de degradación.
  • Es muy importante tener los libros bien colocados en los estantes. Tienen que estar en posición vertical ligeramente apretados unos con otros, a poder ser juntándolos por tamaños.
  • La limpieza periódica del polvo puede evitar el desarrollo de esporas de hongos. Debemos limpiar con un trapo de algodón y con un aspirador los estantes y los cortes de libros. No conviene utilizar productos comerciales de limpieza sobre los libros.
  • Cuando queramos utilizar un volumen debemos sacarlo del estante sujetándolo del lomo y no tirar de las cofia superior para evitar roturas en este punto.
  • No debemos dejar introducidos elementos extraños como papeles, clips, marcadores… entre las hojas del libro cuando lo guardamos.
  • Cuando descubramos algún volumen con daños de humedad u hongos debemos aislarlo inmediatamente mediante un sobre o carpetilla.
  • Si encontramos algún desgarro o rotura no debemos utilizar cintas autoadhesivas para repararlo, a largo plazo provocará daños de muy difícil solución.
  • Los documentos sueltos de pequeño formato, folletos, hojas, debemos conservarlos en cajas adecuadas para evitar los daños derivados de su fragilidad.
  • Proteja el libro cuando lo saque de casa o cuando se lo deje a alguien.

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